Siempre he sido la que mira documentales medioambientales hasta que no hay más lágrimas en mis ojos, también la chica que lee tweets y se queda con las tripas apretadas pero sin palabras para responder o decir. He sido la chica que se congela cuando veo a alguien tirar basura en la calle. Pero también, ahora soy la chica que está dispuesta a dejar de enfadarse o entristecerse y que quiere repensar y volver a aprender. Quiero compartir contigo algunos pasos que creo que me ayudarán (y probablemente también te ayudarán a ti) a tomar acciónm.
- APRENDER
Como yo lo veo, el acto más valiente es desafiar lo que sabes. Comprometerse con las grandes preguntas del mundo es clave para hacer cambios. ¿Qué es la vida? ¿Cómo estoy contribuyendo al racismo o al antirracismo? ¿Cómo soy parte del cambio climático? ¿Cómo estoy consumiendo? ¿Qué mensajes e ideas estoy consumiendo? La información está a un clic de distancia. Leamos, veamos documentales, pero también tengamos conversaciones transformadoras con las personas que nos rodean. No es necesario hablar con expertos para despertar la curiosidad, y como me encanta decir: la pregunta siempre es más importante que la respuesta. Las conversaciones son clave para desencadenar el cambio. Comparte lo que sabes, comparte lo que aún no sabes. Normalicemos el cambiar nuestra opinión.
- CONSUMIR CON PROPÓSITO
Mi mamá siempre dice “Aquello en lo que pones tu energía, crece” y ahora yo digo “Aquello en lo que pones tu dinero, crece”. Con cada compra que hacemos, estamos dando forma al mundo en el que queremos que vivamos las generaciones futuras (y nosotros). ¿A dónde quiere que vaya su dinero? Realmente no hay una respuesta correcta. Pero es muy importante tener esto en cuenta cuando compramos. ¿Queremos invertir nuestro dinero en artículos hechos de forma artesanal? ¿O en granjas orgánicas locales? ¿A pequeñas tiendas que apoyan a familias y comunidades? Veamos nuestros hábitos de compra, nuestro consumo, como una inversión.
- APRECIA OTRAS CAUSAS
Me gusta pensar que tienes que elegir tus batallas. Puedemos encontrar causas desde salvar a los animales marinos hasta la educación en países en vías desarrollo … el cielo es el límite. Pero realmente no puedes estar activo en todas las causas. Además, hay causas y luchas que muchas veces no resuenan en nosotros, que parecen ajenas a lo que mueve nuestro corazón. He descubierto que es muy importante nunca subestimar la causa de otra persona. Porque no lo entendemos o no parecemos afectados por la pelea de alguien, no significa que su trabajo no sea digno de respeto. Mi invitación es a celebrar las causas, aprender sobre ellas y respetar lo que las personas dedican su vida, tiempo y / o dinero a impactar.
- CREAR Y MANTENER HÁBITOS QUE AYUDEN
Siempre es en las pequeñas cosas que cambiamos. Mi invitación es echar un vistazo a nuestros hábitos. ¿Qué hacemos y usamos desde que nos despertamos hasta que dormimos? ¿Qué tipo de cepillo de dientes estoy comprando? ¿Cuánto tiempo están conectados los dispositivos electrónicos? ¿Qué tipo de telas? ¿Y quién hace la ropa que me pongo? En qué condiciones poco a poco puedes cambiar lo que hay que cambiar y contribuir con tus prácticas diarias a un mundo mejor.
Paso a paso; cómo sabes, ¡Roma no se construyó en un día! Las pequeñas cosas se suman. Los pequeños cambios crean grandes cambios con el tiempo.
Quizás estos pasos parecieron un poco obvios. Pero creo que a veces lo que realmente tenemos frente a nosotros es lo que perdemos. Seamos proactivos en lo que mueve nuestros corazones. Y recuerda que los sueños colectivos son IMPARABLES. Estoy agradecido de estar con ustedes como ciudadana del mundo y de impulsar el cambio desde donde sea que estemos.